miércoles, 1 de marzo de 2017

ENTREVISTA A MIGUEL CAMPOS "LA GELATINA"

ESTUDIANTINA SANMARQUEÑA
(Entrevista realizada al Profr. Miguel Campos Díaz “La Gelatina”, publicada en la primavera del 2005 por la revista SURCO)

LO DESCONOCIDO SE VUELVE CONOCIDO A TRAVÉS DE LA TELEVISIÓN.
El tema que nos ocupa en esta conversación es la “Estudiantina Sanmarqueña”, háblanos sobre ella...Antes de que se creara la estudiantina, el Maestro J. Guadalupe Robles Guel ya había formado un Orfeón, un Conjunto Norteño y una Rondalla; era un maestro incansable dentro de la música, ya que dedicaba más tiempo del que tenía programado para sus clases. Al escuchar las clásicas canciones que se tocan en la estudiantina se dio cuenta que lo hacíamos bien y se impuso la  tarea de escribir al lugar donde se estaba produciendo el programa de televisión “Estudiantinas que Estudian” que se transmitía por el canal 2 de Televisa, los domingos a las 8:00 P.M. Para nosotros fue una sorpresa que nos tenía reservada, ya que simplemente nos informó que había escrito a ese programa, sin decirnos el motivo; fue un secreto hasta que obtuvo la contestación afirmativa, que fue cuando nos informó con más detalle, lo que hizo el alboroto.
         Como en toda institución pública, cualquier actividad que no está programada no tiene apoyo financiero, por lo que fue necesario salir para buscar los recursos nos permitieran estar en México, de esto nos comenta “La Gelatina”: Para el primer viaje buscamos el apoyo del Gobernador de Zacatecas y del Presidente Municipal de Loreto y no lo obtuvimos, como quiera, no sabemos cómo le hicimos, pero llegamos a la Cd. De México en el “Huarache Veloz”, el primer camión que tuvo la Normal. Ya estando ahí nos dirigimos al foro de televisión; el programa era dirigido por León Michell y estaba patrocinado por la compañía cerillera “La Central”, la de los cerillos “Clásicos de Lujo”; teníamos que estar desde las 6 P.M. para ensayar; en los pasillos de los foros nos encontramos con Chabelo, Johnny Dynamo, las Hermanitas Núñez, etc., eran artistas que tenían sus programas antes o después de nuestra participación.
         Después de este primer viaje, en el cuál se obtuvo el pase para continuar el siguiente domingo –nos platica nuestro entrevistado- sucedió una cosa muy curiosa: Nadie esperaba que ganáramos por lo célebres que eran las escuelas con cuyos representantes estábamos compitiendo, y regresando nos encontramos con los apoyos que antes nos habían negado el Gobernador de Zacatecas y el Presidente Municipal de Loreto, aunque por cuestiones ajenas a nuestro entendimiento, el Director de la Escuela ya no aceptó esa ayuda porque estábamos recibiendo el apoyo de los egresados que estaban trabajando en Sonora, Chihuahua y otros estados de la República donde había “Sanmarqueños”, y los políticos ahora sí querían aparecer en la foto con los representantes de la Estudiantina. Yo recibí el dinero con el que pudimos comprar camisas, cintos, pantalones y hasta zapatos; ya no éramos tan pobres como la primera vez que nos presentamos. Uno de mis más asentados recuerdos de la infancia tiene que ver con los momentos que el que esto escribe pasaba sentado en el piso frente al televisor del hotel “San Luis”, después de haber pagado la modesta cuota que me daba el derecho de estar ahí. Apareció en esa pantalla algo que me sorprendió: “Estaba viendo a la Estudiantina de San Marcos”. Mis coterráneos se convertían en héroes al obtener algo que nadie cercano a mí había hecho; hasta más tarde comprendí el alcance de la proyección que se estaba recibiendo por la transmisión que se realizaba a nivel nacional, pero dejemos que de esos logros continúe platicando Miguel... Fueron cinco domingos consecutivos los que estuvimos en este concurso. Habíamos logrado eliminar a prestigiosas estudiantinas de Tlaxcala, Estado de México, Distrito Federal y otras que ya no recuerdo, y los desplegados en los periódicos empezaron a aparecer; uno que recuerdo, decía más o menos así: … Un poblado de 400 habitantes logró derrotar a la estudiantina de la Universidad del Valle de México, algo insólito, increíble, acaba de suceder y no son solo personas que se dedican a cantar, sino a contestar preguntas con erudición… No teníamos idea de que estábamos siendo vistos por miles y miles de personas, ni que tenía un alcance nacional e incluso internacional, pensábamos que sólo éramos vistos en Loreto y San Marcos; algo que también recuerdo es que la gente de Loreto que estaba radicando en el D.F. como los Narváez, Rosales y Delgadillo estaban en el foro viéndonos en vivo y en directo, además de brindarnos un homenaje.
         Es así, que este medio de comunicación (la televisión) alcanzó, con su poder de penetración en toda la población, a darle fama a esta Estudiantina en todo el territorio mexicano. De estas vivencias nos platica: Después de estar varios domingos en este programa, empezamos a recibir invitaciones para tocar en diferentes estados de la república como Chihuahua, Nuevo León y Zacatecas, y fue así como nos dimos cuenta del gran poder que tiene la televisión y cómo nuestra escuela obtuvo mayor prestigio.
         Para finalizar con el tema de nuestra entrevista, cuéntanos  como sucedió su eliminación. “El programa transcurría, primero, con la interpretación de una canción por parte de cada una de las estudiantinas; la calificación máxima a la que podíamos aspirar en esta etapa del programa era de cuatro puntos, la que obtuvimos los dos participantes; después pasábamos el equipo de alumnos, “Los seis sabios”, por cada estudiantina, etapa en la cual teníamos que responder a cada pregunta de tipo enciclopédica que nos hacía el conductor; cada pregunta tenía el valor de 2 puntos y con la que nos eliminaron fue la siguiente: ¿Cuántos grados tienen los ángulos agudos de un triángulo rectángulo que al mismo tiempo es isósceles? Teníamos 30 segundos para contestar y “La Grabadora”, (Héctor Alfredo de Velasco, un Sr. de Rincón de Romos quien ahora es un gran maestro que domina varios idiomas y ha andado por varios países), era el experto en esta área del conocimiento me dio la contestación; ya sin verificar con los demás compañeros si era correcta, porque se acababa el tiempo, dije con seguridad 60°. Como nuestra respuesta no fue correcta, le cedieron la oportunidad de contestar a la otra estudiantina, que era de Tlaxcala, y con la ayuda del jurado, que desglosó mejor la pregunta y casi se las contestó, 45°, ellos pasaron a la siguiente ronda, y fue así como nosotros ya no estuvimos el siguiente domingo.

         Así puede resumirse buena parte de lo que fue nuestra plática con este buen amigo, una historia donde predominan las enseñanzas de los buenos maestros que se hicieron a través de la Estudiantina Sanmarqueña que proyectara a la Normal de San Marcos como una de las mejores escuelas de formación magisterial que tenía el país.

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