ESTUDIANTINA SANMARQUEÑA
(Entrevista realizada al Profr. Miguel Campos
Díaz “La Gelatina”, publicada en la primavera del 2005 por la revista SURCO)
LO DESCONOCIDO SE VUELVE CONOCIDO A TRAVÉS DE
LA TELEVISIÓN.
El tema que nos ocupa en esta conversación es
la “Estudiantina Sanmarqueña”, háblanos sobre ella...Antes de que se creara la
estudiantina, el Maestro J. Guadalupe Robles Guel ya había formado un Orfeón,
un Conjunto Norteño y una Rondalla; era un maestro incansable dentro de la
música, ya que dedicaba más tiempo del que tenía programado para sus clases. Al
escuchar las clásicas canciones que se tocan en la estudiantina se dio cuenta
que lo hacíamos bien y se impuso la
tarea de escribir al lugar donde se estaba produciendo el programa de
televisión “Estudiantinas que Estudian” que se transmitía por el canal 2 de
Televisa, los domingos a las 8:00 P.M. Para nosotros fue una sorpresa que nos
tenía reservada, ya que simplemente nos informó que había escrito a ese
programa, sin decirnos el motivo; fue un secreto hasta que obtuvo la contestación
afirmativa, que fue cuando nos informó con más detalle, lo que hizo el
alboroto.
Como
en toda institución pública, cualquier actividad que no está programada no
tiene apoyo financiero, por lo que fue necesario salir para buscar los recursos
nos permitieran estar en México, de esto nos comenta “La Gelatina”: Para el
primer viaje buscamos el apoyo del Gobernador de Zacatecas y del Presidente
Municipal de Loreto y no lo obtuvimos, como quiera, no sabemos cómo le hicimos,
pero llegamos a la Cd. De México en el “Huarache Veloz”, el primer camión que
tuvo la Normal. Ya estando ahí nos dirigimos al foro de televisión; el programa
era dirigido por León Michell y estaba patrocinado por la compañía cerillera
“La Central”, la de los cerillos “Clásicos de Lujo”; teníamos que estar desde
las 6 P.M. para ensayar; en los pasillos de los foros nos encontramos con
Chabelo, Johnny Dynamo, las Hermanitas Núñez, etc., eran artistas que tenían
sus programas antes o después de nuestra participación.
Después
de este primer viaje, en el cuál se obtuvo el pase para continuar el siguiente
domingo –nos platica nuestro entrevistado- sucedió una cosa muy curiosa: Nadie
esperaba que ganáramos por lo célebres que eran las escuelas con cuyos
representantes estábamos compitiendo, y regresando nos encontramos con los
apoyos que antes nos habían negado el Gobernador de Zacatecas y el Presidente
Municipal de Loreto, aunque por cuestiones ajenas a nuestro entendimiento, el
Director de la Escuela ya no aceptó esa ayuda porque estábamos recibiendo el
apoyo de los egresados que estaban trabajando en Sonora, Chihuahua y otros
estados de la República donde había “Sanmarqueños”, y los políticos ahora sí
querían aparecer en la foto con los representantes de la Estudiantina. Yo
recibí el dinero con el que pudimos comprar camisas, cintos, pantalones y hasta
zapatos; ya no éramos tan pobres como la primera vez que nos presentamos. Uno
de mis más asentados recuerdos de la infancia tiene que ver con los momentos
que el que esto escribe pasaba sentado en el piso frente al televisor del hotel
“San Luis”, después de haber pagado la modesta cuota que me daba el derecho de
estar ahí. Apareció en esa pantalla algo que me sorprendió: “Estaba viendo a la
Estudiantina de San Marcos”. Mis coterráneos se convertían en héroes al obtener
algo que nadie cercano a mí había hecho; hasta más tarde comprendí el alcance
de la proyección que se estaba recibiendo por la transmisión que se realizaba a
nivel nacional, pero dejemos que de esos logros continúe platicando Miguel... Fueron cinco domingos consecutivos los que estuvimos en este concurso.
Habíamos logrado eliminar a prestigiosas estudiantinas de Tlaxcala, Estado de
México, Distrito Federal y otras que ya no recuerdo, y los desplegados en los
periódicos empezaron a aparecer; uno que recuerdo, decía más o menos así: … Un
poblado de 400 habitantes logró derrotar a la estudiantina de la Universidad
del Valle de México, algo insólito, increíble, acaba de suceder y no son solo
personas que se dedican a cantar, sino a contestar preguntas con erudición… No
teníamos idea de que estábamos siendo vistos por miles y miles de personas, ni
que tenía un alcance nacional e incluso internacional, pensábamos que sólo éramos
vistos en Loreto y San Marcos; algo que también recuerdo es que la gente de
Loreto que estaba radicando en el D.F. como los Narváez, Rosales y Delgadillo
estaban en el foro viéndonos en vivo y en directo, además de brindarnos un
homenaje.
Es
así, que este medio de comunicación (la televisión) alcanzó, con su poder de penetración
en toda la población, a darle fama a esta Estudiantina en todo el territorio
mexicano. De estas vivencias nos platica: Después de estar varios domingos en
este programa, empezamos a recibir invitaciones para tocar en diferentes
estados de la república como Chihuahua, Nuevo León y Zacatecas, y fue así como
nos dimos cuenta del gran poder que tiene la televisión y cómo nuestra escuela
obtuvo mayor prestigio.
Para
finalizar con el tema de nuestra entrevista, cuéntanos como sucedió su eliminación. “El programa
transcurría, primero, con la interpretación de una canción por parte de cada
una de las estudiantinas; la calificación máxima a la que podíamos aspirar en
esta etapa del programa era de cuatro puntos, la que obtuvimos los dos
participantes; después pasábamos el equipo de alumnos, “Los seis sabios”, por
cada estudiantina, etapa en la cual teníamos que responder a cada pregunta de
tipo enciclopédica que nos hacía el conductor; cada pregunta tenía el valor de
2 puntos y con la que nos eliminaron fue la siguiente: ¿Cuántos grados tienen
los ángulos agudos de un triángulo rectángulo que al mismo tiempo es isósceles? Teníamos 30 segundos para contestar
y “La Grabadora”, (Héctor Alfredo de Velasco, un Sr. de Rincón de Romos quien
ahora es un gran maestro que domina varios idiomas y ha andado por varios
países), era el experto en esta área del conocimiento me dio la contestación;
ya sin verificar con los demás compañeros si era correcta, porque se acababa el
tiempo, dije con seguridad 60°. Como nuestra respuesta no fue correcta, le
cedieron la oportunidad de contestar a la otra estudiantina, que era de
Tlaxcala, y con la ayuda del jurado, que desglosó mejor la pregunta y casi se
las contestó, 45°, ellos pasaron a la siguiente ronda, y fue así como nosotros
ya no estuvimos el siguiente domingo.
Así
puede resumirse buena parte de lo que fue nuestra plática con este buen amigo,
una historia donde predominan las enseñanzas de los buenos maestros que se
hicieron a través de la Estudiantina Sanmarqueña que proyectara a la Normal de
San Marcos como una de las mejores escuelas de formación magisterial que tenía
el país.